El ya finiquitado 2002 ha sido un buen año para Ana Ibarra, una joven soprano valenciana discípula de Ana Luisa Chova que se está haciendo un hueco en las carteleras estatales a fuerza de entusiasmo, tenacidad y, por supuesto, talento. Hace unos meses debutó en el Teatro Real con Babel 46 y ahora vuelve al coliseo madrileño como la Condesa de Le nozze di Figaro, en la que debía haber sido su primera incursión en el rol. Inesperadamente, y con éxito, lo estrenó en el Colón bonaerense el pasado mes de julio. Su ascensión constante en el panorama lírico le ha hecho acreedora del Premio Ópera Actual 2003 a la Cantante Joven española más prometedora.
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