Objetivos: Analizar la presencia o ausencia en el momento de la consulta en un Servicio de Urgencias de determinadas características clínico-analíticas de pacientes con hemorragia digestiva alta. Establecer la proporción de casos en los que los vómitos hemáticos y/o las melenas no pueden ser objetivadas en el momento del ingreso y analizar posibles diferencias entre estos casos y aquellos con HDA clínicamente evidente. Métodos: Estudio transversal analítico realizado en el Servicio de Urgencias de un hospital regional, donde ingresan todos los pacientes con HDA del área sanitaria de la zona de estudio.
Cumplimentación de un cuestionario de recogida de datos sobre las variables objeto de análisis. Se incluyeron 734 pacientes mayores de 14 años que ingresaron consecutivamente, durante el período de un año, con el diagnóstico de hemorragia digestiva alta. Los pacientes fueron encuadrados en dos grupos diagnósticos: hemorragia digestiva alta inicial evidente (HDA-IE) y hemorragia digestiva alta inicialmente no evidente (HDA-INE). Resultados: La melena fue el motivo de consulta más frecuente (49,3%), siendo la hematemesis el síntoma que con mayor precocidad indujo a la consulta (p< 0,001). En un 21% de casos no se pudo demostrar al ingreso la presencia de vómitos hemáticos ni de melenas. Los datos de laboratorio al ingreso mostraron elevación de la urea plasmática en el 61 % de casos, un valor hematócrito menor de 30% en el 32% de pacientes y hemoglobina menor de 10 g/dl en el 34,5 %. La elevación de la urea plasmática fue mayor (p< 0,001) y más frecuente (65,6% frente a 43,8%) en el grupo HDA-IE (p < 0,001). Los valores medios de hematócrito y de hemoglobina fueron significativamente mayores en el grupo HDA-INE que en el grupo HDA-IE. En 202 casos (27,5%) la analítica al ingreso fue normal y en 60 de estos pacientes (8,2% del total) tampoco hubo evidencia clínica de HDA en el momento de su consulta al Servicio de Urgencias. No hubo diferencias significativas entre la mortalidad de ambos grupos. Conclusiones: Las manifestaciones clínicas de la hemorragia digestiva alta no pueden objetivarse, inicialmente en la consulta de urgencias, en una importante proporción de pacientes (21%) y en el 8% tampoco existen alteraciones analíticas que la reflejen. Esto puede condicionar un dilema diagnóstico con la consiguiente incertidumbre respecto a la actitud a seguir en estos casos en un Servicio de Urgencias. El estudio comparativo entre ambos grupos diagnósticos sugiere que el tiempo que transcurre entre el primer síntoma y el momento de la consulta, así como la magnitud del sangrado son los factores principales que justifican la evidencia clínica o no de la hemorragia digestiva alta inicialmente.
Objectives: Analyze the presence or absence of certain clinicalanalytic characteristics of patients with upper digestive bleeding when they come to the Emergency Service. Establish the proportion of cases in which there are bloody vomiting and/or melenas that can not be seen at the time of admission and analyze possible differences between these cases and those with clinically clear UDB. Methods: Analytic transversal study performed in the Emergency Service of a regional hospital in which patients with UDB from the health care zone of the study are admitted. They filled out a data-gathering questionnaire on the endpoints of the analysis. 734 patients over 14 years of age who were admitted consecutively during a one year period with the diagnosis of upper digestive bleeding were admitted.
The patients were classified into two diagnostic groups: initially clear upper digestive bleeding (IC-UDB) and initially unclear digestive bleeding (IC-UDB). Results: Melena was the most frequent cause of consultation (49.3%), and hematemesis was the first sympton which led to consultation (p<0.001). In 21% of the cases, it was not possible to demonstrate the presence of vomiting of blood or melenas on admission.
The laboratory analyses on admission showed increased plasma urea in 61% of the cases, a hematocrit value less than 30% in 32% of the patients and hemoglobin lower than 10 g/dl in 34.5%. The elevation of the plasma urea was greater (p<0.001) and more frequent (65.5% compared to 43.8%) in the IC-UDB group (p<0.001). The mean hematocrit and hemoglobin values were significantly greater in the IC-UDB group than in the IC-UDB one. In 202 cases (27.5%), the laboratory analyses on admission were normal and in 60 of these patients (8.2% of the total), there was also no clinical evidence of UDB when the patient came to the Emergency Service. There were no significant differences in mortality between the two groups. Conclusions: Clinical manifestations of upper digestive bleeding cannot be seen initially in the emergency consultation in a significant number of patients (21%) and there are no disorders indicated by the lab values in 8%. This can lead to diagnostic dilemma with the consequent uncertainty regarding the attitude to take in these cases in the Emergency Service. The comparative study between both diagnostic groups suggest, that initially, the time between the first symptom and the time of the consultation and the amount of bleeding are the principal factors that justify the clinical evidence and not upper digestive bleeding.
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