El lema del "Día del seminario" ha sido este año "Semillas de esperanza". No hay que decir que no dudamos ni un solo momento de que esto es verdad. Los jóvenes (y mientras están en periodo de for-mación los seminaristas son 'todos' jóvenes) que se preparan en nues-tros seminarios, están en el semillero para servir a los hombres en un futuro cercano. Aquí deben poner su corazón en disposición de gene-rosa donación, afinar las sintonías de su vida de forma que concuer-den con las necesidades más íntimas de los hombres y mujeres de este tiempo, preparar su mente para poder iluminar el camino de aquellos que están llenos de dudas. Es necesario, por lo tanto, un buen abono y buenos cuidadores de la semilla. Sabiendo quién es el que la hace crecer, pero también cumpliendo con la tarea de buenos cuidadores (jardineros en este caso).
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