Murcia, España
Para generar un individuo nuevo, único y diploide con la capacidad totipotente de desarrollarse como un organismo específico de la especie, dos células haploides altamente diferenciadas de cada progenitor, el óvulo y el espermatozoide, tienen que reconocerse, unirse y fusionarse. Este evento, denominado fecundación, da como resultado la generación de un cigoto e involucra varias etapas en las que diferentes procesos moleculares deben desencadenar la actividad celular de los gametos necesaria para cumplir este proceso. De modo que, una vez que el espermatozoide ha alcanzado al óvulo, el primer contacto para el reconocimiento de gametos está mediado por la matriz extracelular que los rodea, denominada zona pelúcida (ZP). El contacto inicial asegura el reconocimiento de gametos específicos de la especie y desencadena una cascada de reacciones en los espermatozoides necesarios para penetrar a través de ZP y alcanzar así el espacio perivitelino para encontrarse con la membrana del óvulo, conocida como oolema. Para unirse y fusionarse, las membranas de ambos gametos deben adherirse, y las proteínas de la membrana en cada una de las células deben interaccionar adecuadamente entre sí. Finalmente, deben ocurrir una serie de eventos moleculares en la membrana para que las dos células se fusionen y compartan su contenido celular. Todos estos fenómenos requieren la participación de moléculas específicas y la activación de cascadas moleculares que coordinan adecuadamente todos los procesos celulares que implican el reconocimiento y la fusión de gametos.
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