Es, sin lugar a dudas, una de las estrellas más brillantes de la nueva generación de cantantes españoles. El barítono malagueño Carlos Álvarez ha ido conquistando un terreno seguro en el panorama operístico internacional gracias a su peculiar talento, a su olfato artístico -enriquecida con la marca Domingo- y a una característica común en unos pocos privilegiados de entre los jóvenes intérpretes hispanos: una profesionalidad a toda prueba mezclada con una sólida formación. Esta temporada, el Maestranza sevillano le verá perfilando al malvado Yago del Otello verdiano, un evento que se espera con impaciencia. A Álvarez aún le queda mucho que decir. Su historia acaba de comenzar.
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