Resumen | En las antropologías hegemónicas el desafío para el pensamiento crítico es romper con el exotismo y comprender lo cotidiano. En las antropologías periféricas se impone además una atención especial a la dimensión reflexiva. El investigador no puede jamás imaginarse como un sujeto radicalmente extraño a las disputas y clasificaciones sociales y hacer tabla rasa de las múltiples representaciones e intereses que rodean su etnografía. La produción científica precisa ser analizada no por medio de las auto-representaciones engendradas a partir de la importación descontextualizada de conocimientos, sino a través de un análisis cuidadoso de las prácticas concretas de investigación, de los resultados producidos y procurando tomar conciencia del campo de posibilidades y de sus límites. El tipo de conocimiento que produce, así como las teorías y herramientas de la investigación, no resultan en una simple copia reproducida mecánicamente o clonada de las antropologías hegemónicas, dado que está necesariamente cargada de otras potencialidades que precisan ser identificadas por la etnografía de la ciencia, explícitamente formuladas y asumidas. Pensar las tradiciones etnográficas de manera plural, como resultado de una autoconciencia progresiva en cuanto a la eficacia, limites y singularidad de prácticas específicas de investigación, puede representar una forma positiva y creativa para repensar la historia y las perspectivas de la disciplina.
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