Madrid, España
La prevalencia de enfermedad VIH ha aumentado exponencialmente los últimos años. El diagnóstico precoz las medidas preventivas y el tratamiento prolongan el período asintomático. Para los sanitarios implicados en deporte aumenta la probabilidad de encontrar personas con infección VIH que requieran consejo sobre la práctica deportiva. Inmunológicamente, el ejercicio no estresante beneficia al enfermo; contrariamente, el ejercicio estresante reduce la eficacia inmunitaria en pacientes VIH. La transmisión de la enfermedad durante el deporte es extraordinariamente baja. El deportista puede contaminarse por otras vías, de las reconocidas, siendo la sexual la más importante. Sin embargo, aconsejamos el test voluntario para detectar VIH en deportistas pertenecientes a grupos de riesgo. En ausencia de tratamiento definitivo e inmunización, la prevención es el mejor camino para controlar la enfermedad. Exponemos un conjunto de medidas para el manejo de la enfermedad, muchas de ellas avaladas por las principales entidades científicas de la medicina del deporte.
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