Madrid, España
Actualmente es muy elevado el número de retratos de Fernando VII realizados durante la Guerra de la Independencia que se conservan. Hechos en diferentes técnicas, aunque la mayoría de ellos son estampas, el grupo se caracteriza por su diversa calidad, pero su escasa diversidad. Así, desde el punto de vista estético estas imágenes tienen menos interés que por el uso que tuvieron durante los años en los que España estuvo ocupada por los franceses entre 1808 y 1814. Este artículo se centra en los usos para tratar de recuperar el papel principal que jugaron las imágenes del rey y sus divisas entre la resistencia y en la movilización del pueblo frente a los invasores franceses. Los retratos facilitaron la transformación de la figura del rey en un objeto de deseo y en inocular el amor y la pasión entre sus súbditos. Fernando VII se convirtió en un nuevo dios, un nuevo sol, merecedor de devoción, veneración y piedad; y sus retratos se transformaron en estampas de devoción.
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