Miguel Anxo Pena González (res.)
Paolo Bernardini nos presenta un estudio sobre el concilio de Cartago, convocado por San Cipriano el año 256, en el que se perciben los orígenes de la organización del modelo conciliar occidental. El contexto formal nos lo ofrece Simone Deléani que, presentando a las diversas comunidades cristianas recuerda que fueron lesionadas por las divisiones, lo que llevó a reflexionar sobre la eclesialidad, así como sobre los medios para preservar la santidad; la realidad de los disidentes, cismáticos y heréticos. En este sentido, una de las cuestiones a plantearse era sobre aquellos que habían sido bautizados en alguna de las sectas, y querían luego entrar o regresar a la Iglesia. La respuesta no era fácil, especialmente por tratarse de un contexto de confrontación.
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