La obra de Thomas Kuhn, y en especial su famoso libro Structure of Scientific Revolutions, constituye, según una interpretación bastante difundida, un fallido intento de defensa de cuatro tesis radicales acerca de la ciencia: el pesimismo epistémico, el relativismo semántico, el irracionalismo metodológico, y el idealismo metafísico. En este artículo me propongo demostrar que esta interpretación de la obra de Kuhn presupone un modelo inadecuado del conocimiento científico, según el cual los objetos de la creencia científica son teorías explicativas, cuya confirmación empírica se lleva a cabo mediante una contrastación directa de las teorías con los datos y hechos observacionales registrados en condiciones experimentales. Este modelo ha sido el objeto de importantes criticas por parte de Ian Hacking y otros defensores del movimiento denominado new experimentalism en filosofía actual de la ciencia, que lo hacen prácticamente insostenible. Existe, además, evidencia textual en la obra de Kuhn a favor del new experimentalism, que demuestra que la obra de Kuhn es más variada y menos coherente de lo que suponen sus críticos. Cuestiono, por último, tanto la necesidad como la conveniencia de una interpretación única, coherente y global de la obra de Kuhn, y de su impacto histórico.
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