Si entendemos la ciudad, el hecho urbano, como el espacio creado y organizado por la sociedad que en cada momento lo articula en función de sus valores que se expresan a través de la imagen impuesta a este espacio, veremos aparecer en ella un lugar de convergencia, un espacio desde el que la ciudad ejerce y afirma su poder y donde, a través de los símbolos que en él se imponen, crea y difunde su imagen.
Esta identificación: espacio central, lugar del poder e imagen urbana, tan clara y neta en la mayoría de las grandes capitales, tardará en consolidarse en el caso de Madrid, y el esfuerzo de la ciudad durante siglos por definir "su centro" e imponer en él los símbolos de su propia imagen, no será otra cosa que el reflejo de las contradicciones en las que se desarrolla la vida de la sociedad española.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados