Rosalinda Castro Maravilla, Aldo Muñoz Armenta
El propósito de esta investigación es analizar las razones por las que las coordinadoras, un grupo de mujeres que cumplen la función de brokers o intermediarias en una red clientelar en el municipio de Tecámac, Estado de México, han mantenido su membresía durante casi tres lustros en esta estructura, pese a que no tienen un contrato laboral en el Ayuntamiento y no reciben una remuneración o pago permanente por su labor como promotoras del voto en favor del jefe político de esta localidad, quien inicialmente, en 1997, se postuló como alcalde por el Partido Acción Nacional (PAN), pero después se pasó a las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y, hasta 2018, su grupo asumió el poder municipal. A través de entrevistas semiestructuradas, algunas coordinadoras mencionaron que permanecen en la red clientelar por los escasos y esporádicos incentivos que les entregan. Otro grupo, más numeroso, aseguró que les complace estar en esta estructura porque es un espacio para socializar con sus vecinos y porque tienen el reconocimiento de sus clientes. En suma, la utilidad económica no es el principal motivo de su lealtad.
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