Madrid, España
Este trabajo plantea una reflexión acerca de los pros y contras de la inclusión en la lista de Patrimonio Mundial desde una óptica basada no tanto, en la repercusión externa/internacional, sino en los efectos que este tipo de distinción o reconocimiento tiene sobre el contexto local en sus múltiples dimensiones, económica, social, funcional, ambiental, etc. Se conmemoran los 50 años de la “Convención de Patrimonio Mundial” de París (1972), que supusiera un punto de inflexión en el quehacer por la protección, conservación y salvaguarda de los valores naturales y culturales existentes en nuestro planeta. Han pasado 44 años, desde que se inscribieran los 12 primeros sitios en la Lista, que, hasta la fecha, registra 1.251 bienes. El proceso tiene sus luces y sombras (Troitiño, 2018), no solo en lo que respecta a la fase previa de su inclusión, sino una vez declarado como Patrimonio Mundial. En el artículo se hará un breve repaso por la evolución de los Sitios que se han ido declarando en estas más de cuatro décadas, para centrarnos en una segunda parte, en la elaboración de un diagnóstico, en el que identificar los impactos comunes (positivos y negativos) detectados en los bienes inscritos.
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