Murcia, España
Las dos modalidades de juntas generales telemáticas de las sociedades de capital, mixtas y exclusivamente telemáticas, son configuraciones particulares del órgano social que define el art. 159 LSC, y no un mecanismo de agregación de votos de los socios para la adopción de acuerdos sociales. A pesar de ser reformado en 2021, el art. 182 de la LSC pasa por alto quince años de innovaciones en los sistemas de comunicación a distancia. Parte de las limitaciones operativas y de estabilidad de que adolecían esos medios en 2005 y sale al paso de ello habilitando a los administradores para ordenar el ejercicio de los derechos de asistencia, palabra, pregunta, propuesta y voto del socio que asiste a distancia en términos que podrían amparar un recorte de esos derechos. Una lectura que condujera a este resultado, sin embargo, no sería conforme con las exigencias sistemáticas, finalistas y de adaptación a la realidad actual que presiden y guían la interpretación de los arts. 182 y 182 bis LSC. La debida consideración de estas exigencias conduce a concluir que los medios de comunicación a distancia de las juntas mixtas son los mismos que se piden para las exclusivamente virtuales y que por ello deben permitir a los socios que asisten a distancia el ejercicio de esos derechos en tiempo real y el seguimiento de las intervenciones de los demás asistentes también en tiempo real. Asimismo, muestra que las facultades atribuidas a los administradores se encuadran entre sus funciones de órgano convocante de la junta, por lo que se refieren a la sola ordenación de su ejercicio, y no de su contenido ni de su alcance, cesan donde comienzan las facultades de dirección de la sesión propias del presidente de la junta, por lo que solo pueden abordar aspectos relativos a la preparación de su ejercicio, y deben limitarse a aquellos aspectos que, cumplida la exigencia de emplear sistemas como los que he descrito, todavía requieren una intervención extraordinaria del órgano de administración para garantizar el normal desenvolvimiento de la sesión.
The two modalities of telematic shareholders’ meetings of capital companies, i.e., mixed, and exclusively telematic meetings, are configurations of the corporate body defined by art. 159 LSC, and not a mechanism for aggregating the shareholders’ votes for the adoption of company’s agreements. Despite being reformed in 2021, art. 182 of the LSC ignores fifteen years of innovations in remote communication systems. It still assumes operational and stability limitations that these media had in 2005 and overcomes this by enabling the director to regulate the exercise of the rights of attendance, speech, question, proposal, and vote of the shareholders who attend remotely in terms that could cover a cut of those rights. A reading of the law that would lead to this result, however, would not be consistent with the systematic, purposive, and updated criteria that preside over and guide the interpretation of arts. 182 and 182 bis LSC. Due consideration of these requirements shows that the remote means of communication for mixed meetings are the same as those required for exclusively virtual meetings and that therefore they must allow shareholders who attend remotely to exercise those rights in real time. Likewise, it shows that the powers attributed to the directors board belong to their regular functions as the body that calls the meeting, for what they refer to the sole organization of its exercise, and not to its content or its scope, they stop where the powers of the chairman of the meeting to conduct he session begin, so they can only address aspects related to the preparation of their exercise, and must be limited to aspects that, once the requirement to use systems such as the ones I have described above have been fulfilled, still require an extraordinary intervention of the directors to guarantee the regular development of the session.
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