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Resumen de Proceso de atención enfermera al paciente adulto con psoriasis

Paula Arnas Rodríguez, María Valverde de la Flor, Eva Espada Gracia, Carmen Cecilia González García, Sofía Teribia Arbilla, Jorge Pérez Sánchez

  • español

    La psoriasis se trata de una enfermedad dermatológica crónica, inflamatoria, autoinmune con manifestaciones sistémicas. Tiene una alta carga genética, influida por otros factores (higiénico dietéticos, ambientales, situaciones de estrés, traumatismos).

    Se caracteriza por la aparición de placas, de carácter inflamatorio, con escamas blanquecinas, asociadas a una intensa sensación de prurito. Existen varias manifestaciones clínicas entre ellas: flexural, guttata, pustulosa, eritrodérmica y psoriasis en forma de placas (siendo esta la más frecuente).

    Presenta una distribución universal afectando en torno al 2-4% de la población mundial, unos 125 millones de personas, con una prevalencia del 2,3% en la población Española, lo que supone un problema para la Salud Pública.

    Al tratarse de una enfermedad crónica, se plantea el tratamiento en base a la gravedad de la enfermedad, valorada por cuestionarios que evalúan las lesiones, junto con índices validados que tienen en cuenta la calidad de vida del paciente. Los tratamientos son a largo plazo, individualizados, con indicaciones específicas. Son escalonados, pasando de terapia tópica (pomadas, cremas, fototerapia) a terapia sistémica (tratamientos sistémicos clásicos o biológicos). La evolución del paciente es impredecible con periodos de remisiones y exacerbaciones, en los que el deterioro de la integridad cutánea junto con otras comorbilidades asociadas (óseas, metabólicas, cardiovasculares) supone un deterioro de la calidad de vida del paciente, afectando al ámbito físico, psicológico, económico y social.

    Modificar el estilo de vida así como una buena adherencia al tratamiento, resulta fundamental para reducir el número de brotes de la enfermedad. Desde enfermería, se puede incidir en los pacientes aumentando sus conocimientos para dejar de ver la psoriasis como un estigma y mejorar su calidad de vida.

  • English

    Psoriasis is a chronic, inflammatory, autoimmune dermatological disease with systemic manifestations. It has a high genetic load, influenced by other factors (hygiene, diet, environment, stress, trauma).

    It is characterised by the appearance of inflammatory plaques with whitish scales, associated with an intense sensation of pruritus. There are several clinical manifestations including flexural, guttate, pustular, erythrodermic and plaque psoriasis (the most common).

    It has a universal distribution, affecting around 2-4% of the world’s population, some 125 million people, with a prevalence of 2.3% in the Spanish population, which is a problem for public health.

    As it is a chronic disease, treatment is based on the severity of the disease, assessed by questionnaires that evaluate the lesions, together with validated indices that take into account the patient’s quality of life. Treatments are long-term, individualised, with specific indications. They are graded, moving from topical therapy (ointments, creams, phototherapy) to systemic therapy (classic systemic or biological treatments). The patient’s evolution is unpredictable with periods of remissions and exacerbations, in which the deterioration of skin integrity together with other associated comorbidities (bone, metabolic, cardiovascular) leads to a deterioration of the patient’s quality of life, affecting the physical, psychological, economic and social spheres.

    Lifestyle changes and good adherence to treatment are essential to reduce the number of outbreaks of the disease. Nursing can influence patients by increasing their knowledge in order to stop seeing psoriasis as a stigma and improve their quality of life.


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