La inteligencia artificial (AI) y sus posibilidades de reconocimiento de formas mediante entrenamiento colabora con el sector asegurador, con la labor pericial, en la valoración de siniestros y en la contratación de riesgos. Con un completo entrenamiento de su algoritmo, esta tecnología agiliza los procesos de detección de daños en un vehículo, posibilitando su validación de forma prácticamente inmediata. Bien es cierto que es pionera y que, en muchos proyectos piloto, necesita intervención humana. Se perfeccionará, sin perder su vínculo con la necesaria experiencia que aportan los peritos de automóviles
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