Tras los trabajos de pintura pueden aparecer defectos en la capa superficial que afean el resultado final y exigen recursos para corregirlos. Para evitarlo, hay que extremar las operaciones de limpieza: del vehículo, de la cabina de pintado, de los equipos aerográficos, de la propia ropa de trabajo... También, respetar las fichas técnicas de los fabricantes de pintura y las proporciones de mezcla, el número de manos que se deben aplicar, los tiempos de secado, etc
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