Es llamativa la escasa presencia de la madre en una producción operística como la de Verdi, dominada por figuras paternas de grandioso y destacado perfil, fenómeno que se ha analizado en anteriores entregas de este Dossier. En efecto, Verdi, que tuvo dos padres -el natural, Carlo Verdi, u el elegido como tal, en una paternidad ideal con la que muchos seres humanos se tientan en algunos momentos de su existencia, Antonio Barezzi-, inventó incluso para sus personajes paternales una nueva vocalidad.
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