Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Cultural commons as a key for bottom-linked policies. An exploration of the support for public and community partnerships in Barcelona

  • Autores: Santiago Eizaguirre Anglada
  • Localización: On the W@terfront, ISSN-e 1139-7365, Vol. 64, Nº. 12, 2022 (Ejemplar dedicado a: Urban Cultural Commons), págs. 3-39
  • Idioma: inglés
  • Títulos paralelos:
    • Els comuns culturals com un element clau per fer polítiques vinculades a la base. Una exploració del suport als partenariats publicocomunitaris a Barcelona
    • Los comunes culturales como un elemento clave para hacer políticas vinculadas a la base. Una exploración del apoyo a los partenariados público-comunitarios en Barcelona
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Este artículo tiene como objetivo comprender la gestión comunitaria de equipamientos culturales considerando que esta puede ser clave para el futuro de las ciudades. La investigación incluye observación participante, análisis temático de debates grupales y entrevistas en profundidad a activistas y profesionales del ámbito de la acción comunitaria en Barcelona. Se documenta la construcción de redes de colaboración activa de una amplia variedad de organizaciones que fomentan los comunes culturales en Barcelona y se destaca los esfuerzos que han realizado para desarrollar herramientas para la evaluación de su desempeño. Las conclusiones destacan la cuestión del entendimiento mutuo entre los movimientos vecinales, los profesionales de la acción comunitaria y el sector de la economía social. Se subraya cómo los partenariados público-comunitarios pueden utilizar las actividades de creación de redes para desarrollar un enfoque constructivo y crítico sobre la prestación de servicios públicos y son también claves para mejorar el aprendizaje colectivo sobre lo que son los procesos de democratización económica. En este sentido a lo largo del texto se otorga vital importancia a la institucionalización de herramientas normativas e indicadores cualitativos para evaluar el valor socialmente transformador de estas alianzas.

      Las experiencias de desarrollo local a través de la gestión de espacios culturales (Klein y Tremblay, 2020) nos conducen a interrogarnos sobre el papel de los actores comunitarios autoorganizados en el fomento de la democratización de la vida cotidiana. Los casos reales de empoderamiento comunitario y, específicamente, la forma en que se desarrolla en los entornos conocidos como bienes comunes urbanos y/o bienes comunes culturales, han atraído el interés tanto de la academia como del ámbito político en todo el mundo (Antonucci 2020; Feinberg, Ghorbani y Herder 2020; Giannini y Pirone 2019; Kay y Wood 2020; Petrescu et al. 2020; Shah y Garg 2017; Steiner, McMillan y Hill O'Connor 2022; Williams 2018). En Barcelona, durante la última década, entre los efectos de la Gran Recesión, el estallido de la pandemia de COVID-19 y la crisis ecosocial desencadenada a continuación, se ha ido reconociendo con cada vez más énfasis el potencial socialmente innovador de aquellos espacios y proyectos culturales impulsados por plataformas comunitarias en las que participan ciudadanos comprometidos como gestores de prácticas culturales; al mismo tiempo, estas iniciativas también han ganado prestigio entre el público en general.

      Como una manifestación particular de los espacios de esperanza (Harvey 2000), los centros culturales dirigidos por la comunidad son un subtipo específico en el vasto campo de los bienes comunes urbanos donde se están llevando a cabo luchas para recuperar la gobernanza ciudadana sobre el agua, el suministro de alimentos, la distribución de energía, la vivienda o el medio ambiente. Como iniciativas promotoras de la emancipación cultural, el aprendizaje colectivo y la creación autónoma, estos centros reaccionan frente a las políticas de austeridad y los procesos de vulnerabilidad social. A pesar de la gran diversidad en sus ejes, en sus fórmulas organizativas y en sus escalas de acción, coinciden en que actúan sobre las economías urbanas y las relaciones sociales para impulsar un movimiento general hacia la democratización y la desmercantilización. Así, además de promover actividades culturales, muchos de estos centros desarrollan iniciativas que dan respuesta a un gran número de retos de la sociedad actual. Son iniciativas que vislumbran la construcción de otros imaginarios de posibilidad.

      En Barcelona, el desarrollo de diferentes iniciativas en un movimiento político, con su propia plataforma asociativa particular llamada Xarxa d’Espais Comunitaris (Red de Espacios Comunitarios), es prueba de la existencia de un modelo de gestión comunitaria de equipamientos culturales. La red incluye iniciativas con una gran variedad de formas organizativas, desde centros sociales autogestionados inspirados por el movimiento okupa, hasta plataformas reconocidas oficialmente que gestionan equipamientos públicos en convenio con las administraciones públicas.

      … las formas de gestión comunitaria son diversas (autogestión de espacios okupados o privados, gestión de equipamientos y recursos municipales, cooperativas en locales alquilados, etc.) y no se basan en un único modelo de trabajo sino que se definen en una variedad de modos que tienen que ver con valores, objetivos y modelos organizativos, en cuanto a la gestión de las necesidades colectivas y su relación con los recursos compartidos de un determinado territorio (Balanç Comunitari 2017-2020, Xarxa d'Espais Comunitaris).

      En este artículo se apoya la idea de que comprender este tipo de gestión de los equipamientos culturales puede ser vital para entender cómo la ciudadanía puede utilizar demandas específicas, acciones colectivas y propuestas organizativas concretas para llamar la atención de los gestores y promotores de políticas públicas y así reivindicar su derecho a la ciudad (Bailey y Marcucci 2013; Harvey 2014; Iveson 2013; Kemp, Lebuhn y Rattner 2015; Novy y Colomb 2013). En este sentido, esta investigación examina las iniciativas de gestión cultural participada como espacios en los que se dan equilibrios complejos entre la institucionalización, el desarrollo comunitario y la autonomía colectiva. Observar estos equilibrios es fundamental para entender las iniciativas de innovación social a nivel local (XXXX 2012; Oosterlynck et al., 2013; Pradel, Eizaguirre y García, 2013). En cuanto a su posible acción como nodos de gobernanza para transformar las ciudades y mejorar su habitabilidad, la discusión sobre los condicionantes de la gestión participada de equipamientos culturales ofrece también la oportunidad de observar los límites y desafíos de los modelos de desarrollo comunitario influenciados por las contrarreformas neoliberales. La actuación de estos equipamientos como lugares donde interactúan las luchas sociales y donde se pone en práctica la democracia contributiva ocupa un lugar central de esta investigación. También es relevante la existencia de métricas alternativas de tipo comunitario para evaluar el desempeño de los equipamientos culturales, diferentes a las relacionadas meramente con la mejora del capital social de los individuos. En resumen, este estudio se centra en las prácticas de gestión cultural a un nivel cercano a los ciudadanos, involucrándolos como creadores y gestores de ecosistemas de gobernanza cultural, rechazando la noción de que sus equipamientos culturales son meros lugares de consumo cultural. Al mismo tiempo, el estudio presta especial atención a la relación entre estos entornos culturales y el ámbito de la economía social, observando en particular las interacciones entre las prácticas de gestión cultural comunitaria y las formas de la economía social y solidaria.

    • English

      This article aims to heighten our understanding of community managed cultural facilities, considering that these may be key for the future of cities. The research includes observant participation, thematic analysis of group debates and in-depth interviews with activists and professionals in the domain of community action in Barcelona. I document the construction of active collaboration networks of a wide variety of organizations fostering cultural commons in Barcelona, and highlight the efforts they have made to develop performance assessment tools. The conclusions consider the issue of mutual understanding between neighborhood movements, community action professionals, and the social economy sector. I underline how public-community partnerships can use networking activities to develop a constructive and critical approach to public service delivery and enhance collective learning about economic democratization. Vital importance is given to institutionalization of regulatory tools and the indicators needed to assess the value added by these partnerships.

      Experiences of local development through the management of cultural spaces (Klein and Tremblay, 2020) drive us to question the role of self-organized community actors in fostering the democratization of everyday life. Actual cases of community empowerment and, specifically, the way it develops in those environments known as the urban commons and the cultural commons, have attracted interest from both academia and the policy domain around the globe (Antonucci 2020; Feinberg, Ghorbani, and Herder 2020, 2021; Giannini and Pirone 2019; Kay and Wood 2020; Petrescu et al. 2020; Shah and Garg 2017; Steiner, McMillan, and Hill O’Connor 2022; Williams 2018). In Barcelona, over the last decade, bookended by the effects of the Great Recession and the outbreak of the COVID-19 pandemic, there has been growing recognition for the socially innovative potential of those spaces and cultural projects set up by communitarian platforms involving committed local residents as the managers of cultural practices; at the same time, these initiatives have also gained prestige among the general public.

      As a particular manifestation of spaces of hope (Harvey 2000), community-led cultural centers are one specific subtype in the vast domain of urban commons where struggles are taking place to regain citizenship governance over water, food supply, energy distribution, housing or the public sphere, among others. As initiatives promoting cultural emancipation, collective learning and autonomous creation, these centers react against austerity policies and social vulnerability. Despite the wide diversity in their focal points, in their organizational formulas and in their scales of action, they coincide in that they act upon urban economies and social relationships to push for a general move toward democratization and decommodification. Thus, in addition to promoting cultural activities, many of these centers undertake initiatives that address a large number of current societal challenges. These are initiatives that envision the construction of other imaginaries of possibility.

      In Barcelona, the development of different initiatives into a political movement, with its own particular platform of associations called Xarxa d’Espais Comunitaris (Network of Communitarian Spaces), is proof of the existence of a ‘community-management’ model for cultural facilities. The network includes initiatives with a wide variety of organizational forms, from okupa (squatters) social centers to officially recognized platforms that run public facilities under agreements with public administrations.

      … the forms of community-management are diverse (self-management of squatted or private spaces, management of municipal facilities and resources, cooperatives in rented premises, etc.) and are not based on a single model of work but are defined in a variety of ways that have to do with values, objectives and organizational models, in terms of the management of collective needs and their relationship with the shared resources of a given territory (Balanç Comunitari 2017-2020, Xarxa d’Espais Comunitaris).

      In this article, I support the idea that understanding this type of management of cultural facilities may be vital in exposing how citizens can use specific demands, collective action and organizational proposals to gain the attention of policy makers and thereby claim their right to the city (Bailey and Marcucci 2013; Harvey 2014; Iveson 2013; Kemp, Lebuhn, and Rattner 2015; Novy and Colomb 2013). In this regard, this type of research includes an examination of bottom-linked initiatives as sites seeking complex equilibriums between institutionalization, community development and collective autonomy, and therefore it is essential for increasing knowledge on social innovation initiatives at the local level (Eizaguirre et al., 2012; Oosterlynck et al. 2013; Pradel, Eizaguirre, and García 2013). As for governance nodes for transforming cities and up-scaling their livability, the management of specific cultural facilities offers the opportunity to observe the limits and challenges of previous community development models that were influenced by neoliberal counter-reforms. The performance of these facilities as places where social struggles interact and where contributive democracy is put into practice is at the core of this research. But it also highlights the existence of other (or alternative) communitarian metrics than those related to enhancing individuals' social capital. With these aims, this study focuses on cultural management practices at a level close to citizens, involving them as creators and managers of cultural governance ecosystems, while rejecting the notion that their facilities are merely places for cultural consumption. At the same time, I give special attention to the relationship between these cultural environments and the realm of social economy, particularly the interactions between communitarian-led cultural management practices and forms of social economy.

    • català

      Aquest article té com a objectiu comprendre la gestió comunitària d’equipaments culturals considerant que aquesta pot ser clau per al futur de les ciutats. La investigació inclou observació participant, anàlisi temàtica de debats grupals i entrevistes en profunditat activistes i professionals de l'àmbit de l'acció comunitària a Barcelona. Es documenta la construcció de xarxes de col·laboració activa d'una àmplia varietat d'organitzacions que fomenten els comuns culturals a Barcelona i es destaquen els esforços que han fet per desenvolupar eines per a l'avaluació de la seva pròpia activitat. Les conclusions destaquen la qüestió de l'entesa mútua entre els moviments veïnals, els professionals de l'acció comunitària i el sector de l'economia social. Se subratlla com els partenariats publicocomunitaris poden utilitzar les activitats de creació de xarxes per desenvolupar un enfocament constructiu i crític sobre la prestació de serveis públics i també són claus per millorar l'aprenentatge col·lectiu sobre el que són els processos de democratització econòmica. En aquest sentit, al llarg del text s'atorga una importància vital a la institucionalització d'eines normatives i indicadors qualitatius per avaluar el valor socialment transformador d'aquestes aliances.

      Les experiències de desenvolupament local mitjançant la gestió d'espais culturals (Klein i Tremblay, 2020) ens condueixen a interrogar-nos sobre el paper dels actors comunitaris autoorganitzats en el foment de la democratització de la vida quotidiana. Els casos reals d'apoderament comunitari i, específicament, la manera com es desenvolupa als entorns coneguts com a béns comuns urbans i/o béns comuns culturals, han atret l'interès tant de l'acadèmia com de l'àmbit polític a tot el món (Antonucci 2020 (Feinberg, Ghorbani i Herder 2020; Giannini i Pirone 2019; Kay i Wood 2020; Petrescu et al. 2020; Shah i Garg 2017; Steiner, McMillan i Hill O'Connor 2022; Williams 2018). A Barcelona, durant la darrera dècada, entre els efectes de la Gran Recessió, l'esclat de la pandèmia de COVID-19 i la crisi ecosocial desencadenada a continuació, s'ha anat reconeixent amb cada cop més èmfasi el potencial socialment innovador d'aquells espais i projectes culturals impulsats per plataformes comunitàries en què participen ciutadans compromesos com a gestors de pràctiques culturals; alhora, aquestes iniciatives també han guanyat prestigi entre el públic en general.

      Com una manifestació particular dels espais d'esperança (Harvey 2000), els centres culturals dirigits per la comunitat són un subtipus específic en el vast camp dels béns comuns urbans on s'estan duent a terme lluites per recuperar la governança ciutadana sobre l'aigua, el subministrament d’aliments, la distribució d’energia, l’habitatge o el medi ambient. Com a iniciatives promotores de l'emancipació cultural, l'aprenentatge col·lectiu i la creació autònoma, aquests centres reaccionen davant de les polítiques d'austeritat i dels processos de vulnerabilitat social. Tot i la gran diversitat en els seus eixos, en les fórmules organitzatives i en les escales d'acció, coincideixen que actuen sobre les economies urbanes i les relacions socials per impulsar un moviment general cap a la democratització i la desmercantilització. Així, a més de promoure activitats culturals, molts d’aquests centres desenvolupen iniciatives que donen resposta a un gran nombre de reptes de la societat actual. Són iniciatives que entreveuen la construcció d'altres imaginaris de possibilitat.

      A Barcelona, el desenvolupament de diferents iniciatives en un moviment polític, amb la seva pròpia plataforma associativa particular anomenada Xarxa d’Espais Comunitaris, és prova de l´existència d´un model de gestió comunitària d´equipaments culturals. La xarxa inclou iniciatives amb una gran varietat de formes organitzatives, des de centres socials autogestionats inspirats pel moviment okupa, fins a plataformes reconegudes oficialment que gestionen equipaments públics en conveni amb les administracions públiques.

      … les formes de gestió comunitària són diverses (autogestió d'espais okupats o privats, gestió d'equipaments i recursos municipals, cooperatives a locals llogats, etc.) i no es basen en un únic model de treball sinó que es defineixen en una varietat de maneres que tenen a veure amb valors, objectius i models organitzatius quant a la gestió de les necessitats col·lectives i la seva relació amb els recursos compartits d'un determinat territori (Balanç Comunitari 2017-2020, Xarxa d'Espais Comunitaris).

      En aquest article es recolza la idea que comprendre aquest tipus de gestió dels equipaments culturals pot ser vital per entendre com la ciutadania pot fer servir demandes específiques, accions col·lectives i propostes organitzatives concretes per cridar l'atenció dels gestors i promotors de polítiques públiques i així reivindicar el seu dret a la ciutat (Bailey i Marcucci 2013; Harvey 2014; Iveson 2013; Kemp, Lebuhn i Rattner 2015; Novy i Colomb 2013). En aquest sentit, aquesta investigació examina les iniciatives de gestió cultural participada com a espais on es donen equilibris complexos entre la institucionalització, el desenvolupament comunitari i l'autonomia col·lectiva. Observar aquests equilibris és fonamental per entendre les iniciatives d'innovació social a nivell local (XXXX 2012; Oosterlynck et al., 2013; Pradel, Eizaguirre i García, 2013). Quant a la seva possible acció com a nodes de governança per transformar les ciutats i millorar-ne l'habitabilitat, la discussió sobre els condicionants de la gestió participada d'equipaments culturals ofereix també l'oportunitat d'observar els límits i els reptes dels models de desenvolupament comunitari influenciats per les contrareformes neoliberals. L’actuació d’aquests equipaments com a llocs on interactuen les lluites socials i on es posa en pràctica la democràcia contributiva ocupa un lloc central d’aquesta investigació. També és rellevant l’existència de mètriques alternatives de tipus comunitari per avaluar l’acompliment dels equipaments culturals, diferents de les relacionades merament amb la millora del capital social dels individus. En resum, aquest estudi se centra en les pràctiques de gestió cultural a un nivell proper als ciutadans, involucrant-los com a creadors i gestors d'ecosistemes de governança cultural, i rebutja la noció que els seus equipaments culturals són mers llocs de consum cultural. Alhora, l'estudi presta una atenció especial a la relació entre aquests entorns culturals i l'àmbit de l'economia social, observant en particular les interaccions entre les pràctiques de gestió cultural comunitària i les formes de l'economia social i solidària.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus

Opciones de compartir

Opciones de entorno