Bernardo Sada Monroy, Mauricio Fernández Duque
Ante el desafío de la sinodalidad, partimos de la necesidad de contar como Iglesia con herramientas que favorezcan una comprensión más afinada, profunda y operativa de las realidades complejas que vive la gente en contextos de pobreza. Señalamos la pertinencia de la teología práctica como disciplina que, enlazándose con las ciencias sociales, investiga empíricamente y reflexiona teológicamente la experiencia humana concreta. Aludimos al papel y el momento actual de la teología práctica en el contexto latinoamericano. Por último, apuntamos al método cuantitativo experimental, que ha contribuido significativamente a la economía del desarrollo, como potencial recurso para una teología y una Iglesia que quieren responder a la experiencia y las necesidades reales de los pobres.
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