La rama principal de la familia Mendoza mantuvo una estrecha relación con el convento de San Francisco de Guadalajara y eligieron la capilla mayor del templo conventual como lugar para ser enterrados. En el siglo XVII, D. Juan de Dios de Mendoza y Silva, X Duque del Infantado, decidió construir en este templo un Panteón en el que reunir los restos familiares encargando el proyecto a Felipe Sánchez. Se trata de un magnífico conjunto barroco inspirado en diseñado por Juan Bautista Crescenzi para los Reyes en El Escorial. El panteón de los Duques del Infantado no tiene la grandiosidad ni la riqueza decorativa del de los Reyes del Escorial, sin embargo, desde un punto compositivo, sus espacios son más ricos y sus soluciones más avanzadas y sobre todo destaca sobre él por el uso que hace de la luz para sorprender y emocionar al espectador.
The main branch of the Mendoza family had close ties with the Convent of San Francisco in Guadalajara and chose the convent church’s main chapel as their burial site. In the 17th century, Juan de Dios de Mendoza y Silva, 10th Duke of the Infantado, decided to build a pantheon for his family’s remains inside the church and commissioned Felipe Sánchez to design it. The outcome was a splendid Baroque structure inspired by the pantheon designed by Juan Bautista Crescenzi for the royal family in El Escorial. The Pantheon of the Dukes of the Infantado is neither as grandiose nor as richly decorated as the Pantheon of the Kings in El Escorial, but, from a compositional perspective, its spaces are far richer and its solutions more advanced. Above all, it stands out for the way in which light is used to surprise and move the beholder.
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