El autor presenta la iniciación cristiana como un proceso humano, un itinerario de fe y un camino litúrgico. Desde la fenomenología religiosa, enfoca la iniciación como un proceso profundamente humano que se realiza en el tiempo y en el espacio, con una preparación gradual, una adhesión personal de los candidatos y la iniciación de una nueva vida en la comunidad. La iniciación como itinerario de fe comienza en el catecumenado y culmina con la participación en el misterio de la fe celebrado en los sacramentos en la Vigilia Pascual. Finalmente, la iniciación cristiana como camino litúrgico contempla los tres sacramentos en íntima unión y mutuamente interrelacionados a partir del efecto específico de cada uno en el candidato. El autor concluye el artículo destacando el catecumenado como el paradigma de toda catequesis, en la línea del Directorio General de Catequesis.
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