En la Postguerra Fría, la OTAN se planteó una estrategia sin adversario definido, sin zona clara de actuación y orientada a la gestión de crisis. La guerra de Ucrania ha llevado a la Alianza a plantear en el CE 2022 una nueva estrategia con una amenaza clara, Rusia, un área de actuación orientada a esta amenaza y un claro énfasis en la disuasión y la defensa.
También se ha incluido en el CE 2022 una nueva amenaza, que es China.
La Armada debe reorientar sus esfuerzos para afrontar ambas nuevas amenazas: Para contrarrestar la nueva amenaza rusa, debe potenciar sus capacidades para afrontar conflictos de alta intensidad. Para contrarrestar la nueva amenaza china, debe potenciar sus capacidades de estratégica.
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