Brasil
Resumen: Junto con crecimiento del consumo de audiolibros en Brasil en los últimos cinco años, un nuevo desafío se presenta para las plataformas de contenido y para las editoriales que han decidido correr el riesgo de producir el nuevo formato. El libro hablado existe en Brasil desde 1970 con la función de dar accesibilidad al lector con discapacidad visual o baja visión, o sea, a fin de generar una lectura accesible. El audiolibro llegó luego haciendo uso de las técnicas sonoras del libro hablado, pero con una propuesta distinta: ofrecer una lectura artística. Las dos lecturas se concentran en el mensaje del texto y, por supuesto, en la función poética del lenguaje, buscando un contenido más claro y libre de ruido. Lo que difiere es el público-oyente de cada uno de los productos: en los años 1970, el lector ciego y el lector curioso con el nuevo formato; ahora, el lector multitarea, en la búsqueda de portabilidad. El presente trabajo analiza las soluciones que editoriales y plataformas sonoras vienen adoptando en lo concerniente a una de las principales herramientas en la producción de audiolibro: la voz. Es principalmente la voz del narrador la que va a capturar al oyente y a promover la inmersión. Para elegir la voz ideal, según los profesionales involucrados, es necesario comprender lo que el lector-oyente contemporáneo espera de la experiencia de recepción. Claridad, inflexión, timbre, afecto, y, principalmente, el tipo de contenido grabado contribuyen para que él lector prefiera una en lugar de muchas voces de narración, la lectura austera a la escenificada y un audiolibro con muchos o pocos recursos sonoros.
Resumo: Com o crescimento do consumo de audiolivros no Brasil nos últimos cinco anos, um novo desafio se apresenta tanto para as plataformas de conteúdo em áudio, como para as editoras que decidiram arriscar na produção do novo formato. O livro falado existe no Brasil desde 1970 com a função de tornar o texto acessível ao leitor com deficiência visual ou baixa visão, ou seja, gerar uma leitura acessível. O audiolivro veio depois, beneficiando-se das técnicas sonoras implantadas no livro falado, mas com uma proposta diversa: oferecer uma leitura artística. Ambas as leituras se concentram na mensagem do texto e, portanto, na função poética da linguagem, procurando deixar o conteúdo o mais claro possível e livre de ruído. O que difere é o público-ouvinte de cada um desses produtos: nos anos 1970, o leitor cego e o leitor curioso com o novo formato; e no momento atual, o leitor multitarefa, que busca portabilidade. O presente trabalho aponta as soluções que editoras e plataformas vêm adotando para destacar uma das principais ferramentas na produção de audiolivros: a voz. É principalmente a voz do narrador que vai capturar o ouvinte e facilitar a imersão. Para escolher a voz ideal, segundo os profissionais envolvidos, é necessário entender o que o leitor-ouvinte contemporâneo espera da experiência de recepção. Clareza, inflexão, timbre, afetos e, principalmente, o tipo conteúdo gravado contribuem para que ele prefira uma a muitas vozes de narração, a leitura austera à encenada e um audiolivro com muitos ou poucos recursos sonoros.
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