Es necesario que Europa comprenda cuanto antes que Washington y Pekín están haciendo que el mundo cambie: es menos liberal, la globalización está en retroceso y el Estado y lo nacional adquieren más peso. El futuro de las economías pasa por la inversión pública, las subvenciones y la protección social. El aumento del gasto puede financiarse con más deuda pública, más impuestos a los ricos y menos fraude fiscal.
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