En el campo de la Rehabilitación y la Fisioterapia, sobre todo en el deporte, se utiliza la acción terapéutica denominada "Propiocepción" como técnica de ayuda para recuperar la funcionalidad de las articulaciones.
El concepto de Reeducación Propioceptiva no es muy acertado a nuestro juicio, ya que nos estamos refiriendo a un trabajo en el que hay estímulos que se reciben por la piel, por la visión, etc ... y éstos son estímulos exteroceptivos y no propioceptivos. Así pues, no hablaremos de Reeducación Propioceptiva sino de Reeducación Sensitivo-Perceptivo-Motriz o también de Reprogramación Neuro-Motriz que consiste en que mediante ejercicios adecuados se archivan una serie de nuevos esquemas de coordinación neuromotriz que darán seguridad a la articulación. Esta reeducación sensitivo-perceptivo-motriz utiliza modalidades plurisensoriales que son organizadas, según diferentes jerarquías, dependiendo del contexto y según los ejercicios propuestos.
Todas estas modalidades sensoriales están en bucle con la actividad motriz para regular el sistema.
Cuando se produce un esguince de tobillo, se estiran estructuras ligamentosas y capsulares, etc., pero también se lesionan los receptores allí presentes; y lo hacen total o parcialmente con lo cual la cantidad y calidad del mensaje aferente está alterado y los programas motores serán inadaptados. Así pues, habrá un esquema corporal patológico, produciéndose una inestabilidad disminuida o inexistente del pie, encontrándose los músculos relajados cuando tendrían que estar contraídos para estabilizar el pie. Esta desprogramación por rotura del esquema corporal, puede favorecer a agravar la lesión.
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