El positivismo jurídico moderno puede ser cuestionado por concentrarse excesivamente en el Estado y, en consecuencia, por su incapacidad para explicar el papel del derecho en una sociedad moderna, fragmentaria y globalizada. Un aspecto que no ha sido abordado adecuadamente por esta perspectiva centralizada en el Estado es el papel de los oficiales del derecho. En teorías como las de Jules Coleman y Scott Shapiro la distinción entre los oficiales y los ciudadanos ordinarios ocupa un papel central: en la regla de reconocimiento que fundamenta el concepto de derecho, en el carácter convencional del derecho y en la función del derecho de guiar la conducta. El estudio sostiene que el papel de los oficiales ha sido sobredimensionado y que la distinción entre éstos y los ciudadanos ordinarios ha sido exagerada.
Modern legal positivism can be criticized for being unduly state-centred, and thus failing to account for the role of law in modern, globalized and fragmented, society. One aspect of that state-centred perspective that has not been addressed adequately, is the role of legal officials. In theories such as that of Jules Coleman or Scott Shapiro, the distinction between officials and ordinary citizens plays a pivotal role: in the rule of recognition that grounds the concept of law, in the conventional character of law and in the guidance function of law. I argue that the role of officials is overstated and the distinction with ordinary people is overdrawn.
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