Aunque algún certamen tiene una edad respetable, puede decirse que es un fenómeno globalizado, el de los festivales, típico de la última mitad del siglo. Los festivales veraniegos miran la nueva era con redoblados ánimos, pero con un fuerte componente de atracción turística y ánimo de lucro discográfico. Los de mayor personalidad ofrecen una experiencia culturalmente provechosa y hasta divertida. Los lectores podrán encontrar la programación de los principales eventos estivales en el Calendario Operístico, en la página 111.
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