La hidrocefalia fetal se presenta junto a otras anomalías o como hecho aislado. El diagnóstico prenatal permite identificar fácilmente esta alteración, pero su capacidad para determinar la etiología en todos los casos es limitada. Los padres deben disponer de información completa sobre las opciones terapéuticas y los resulatdos finales previsibles. A mediados de la década de 1980 se estableció una moratoria para la práctica de la derivación intrauterina. En fechas más recientes, y con un mejor conocimiento de la etiología y de la selección de los pacientes, han surgido voces que piden una nueva revisión de este tratamiento.
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