Las sanciones internacionales, como mecanismos de solución pacífica, se han convertido desde el final de la Guerra Fría en una herramienta muy utilizada en la política global para intentar evitar, reordenar o contrarrestar las actividades de los estados, empresas/organizaciones o individuos, cuando se supone que dichas actividades pueden atentar contra la seguridad interna de un estado. A ello se han añadido las acciones relacionadas con la violación de derechos humanos básicos. En este trabajo se estudian las sanciones establecidas en el marco de las relaciones Estados Unidos-Rusia en 2014 debido a la adhesión unilateral de Crimeapor parte de Rusia y las derivadas de violaciones de derechos humanos o corrupción en relación con la campaña electoral estadounidense de 2016
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