En los últimos años se han producido importantes avances en el conocimiento y tratamiento del síndrome de transfusión intergemelar. Criterios diagnósticos ecográficos mejores y más sistematizados, un conocimiento de la naturaleza heterogénea del síndrome, el desarrollo de una técnica quirúrgica anatómica y reproducible para la identificación de las anastomosis vasculares y los progresos y desarrollo tecnológicos hacen que los clínicos consideren hoy este cuadro más fácil de reconocer y tratar. Persisten muchos retos, entre ellos la educación de los colegas, mejores detección y diagnóstico y desarrollo de nuevos instrumentos quirúrgicos. No deben seguir generalizándose los resultados finales de este tratamiento, pues son muy variables y dependen del estadio de la enfermedad. Un estudio clínico adecuado debería corroborar pronto nuestro método terapéutico adaptado a los distintos estadios de la enfermedad.
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