Madrid, España
Se parte aquí de una visión pragmática de la esfera pública (EP), que la entiende como el espacio construido por las acciones e interacciones comunicativas en torno a los asuntos y problemas públicos. Para comprender la nueva EP, más abierta e inestable que nunca, se propone estudiar los procesos de mediación-mediatización por los que los “problemas sociales” son transformados en “problemas públicos”, y cómo se generan o impiden las controversias que ponen en discusión, en la interacción entre “EP central” y “EP periféricas”, los intereses, perspectivas y propuestas de solución de los actores interesados en los problemas comunes.Entendemos la EP como espacio de mediación-mediatización (conexión y transformación) de doble sentido y constantemente variable entre ciudadanía, mundo común y orden institucional-político. Participar en ese mediador, la EP, requiere reconocer sus cualidadescomo: a) un conjunto de arenas públicas o escenarios; b) un espacio de controversia, de reconocimiento y poder; c) un espacio de inscripción, de memoria y temporalidad compartida y d) un espacio institucionalizado necesariamente vinculado a espacios poco o nada institucionalizados. La institucionalización de ciertos valores que permiten que la opinión ejerza como “cuarto poder” garantiza un mínimo de calidad a esa esfera y con ella a la democracia.
We explore here a pragmatic perspective of the Public Sphere (PS), from which we see the PS as the space built by communicative actions and interactions around public issues and problems. In order to comprehend the new PS, which is more open and unstable than ever, we must study the mediation-mediatization processes in which “social problems” are transformed into “public problems”, as well as the ways in which the interests, perspectives and solution proposals of the actors interested in common problems are discussed in the controversies within the various central or peripheral PS.The PS has to be understood as a space of two-waymediation mediatization (connection and transformation) between citizenship, common world and institutional-political order. To participate in this mediator, the PS, requires to recognize its qualities as: a) an articulation of public arenas or scenarios; b) a space for controversy, recognition and power; c) a space for inscription, memory and shared temporality; d) and as an institutional space. The institutionalization of certain values, which allow for the opinion to become a fourth estate or “fourth power”, guarantees a minimum of quality to that sphere and to democracy itself.
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