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Resumen de De mexicanos perjudicados: mujeres e hijos ilegítimos de inmigrantes franceses en México

Leticia Gamboa Ojeda

  • Este texto presenta una docena de casos sobre mexicanas que tuvieron hijos naturales con inmigrantes franceses, siendo aquéllas de un estatus socioeconómico inferior al de éstos. Postula que unos y otros eran católicos, no obstante lo cual contravinieron las normas de su religión cometiendo “pecado capital”; también sostiene que los franceses en general se sentían “superiores” a los mexicanos, por razones étnicas aunque también de clase social. En la mayoría de los casos referidos las mujeres quedaron en desventaja: no sólo pobres como antes, sino además como madres abandonadas, a cargo de un hijo por el que a veces recibieron una compensación única para sufragar los primeros gastos. Pocas escaparon a las relaciones efímeras, logrando cohabitar con esos hombres por varios años, obtener el apellido para sus hijos, y en un solo caso contraer nupcias y formar una familia. Pese a esta diversidad de situaciones y de ser escasos los casos considerados, en este texto se entrevé una conducta seguida por ellas y afirmada por un estudio más amplio y profundo de tres centenas de casos (sin importar la nacionalidad del padre), efectuado por otra historiadora. Se percibe, en fin, que esas madres pobres y abandonadas (raramente obligadas a tener intimidad con un empleado o patrón para el que trabajaban, pues más bien lo hicieron buscando tener quién las mantuviera para mejorar su situación), adaptaron sus discursos conforme cambiaron las leyes: mientras rigieron las disposiciones eclesiásticas coloniales se defendieron y defendieron a sus hijos con argumentos lastimeros y victimistas, pues sabían que dichas leyes procuraban alimentar al pobre y cuanto más a los niños, a través de juicios casi sumarios (relativamente rápidos, sin abogados y sin pago de cuotas). Mas a partir de 1859 en que los liberales subieron al poder y se inspiraron en las leyes inglesas y francesas, imponiendo entre otras la del matrimonio civil como única vía para constituir legalmente a la familia, ellas empezaron a cambiar su discurso, volviéndolo más pragmático y secularizado. Si sus demandas fallaban, algunas aprovecharon un resquicio legal (hacer escándalo público del asunto y así afectar el honor de los hombres y de su familia –si la tenían –) para obtener ayuda económica (también por una sola vez).

    Con la legislación liberal quedaron entonces en mayor desventaja que antes: por contener una doble moral –distinta para el varón que la para la mujer–, por prohibir indagar la paternidad de los hijos –antes posible mediante juicios de filiación –, y por confiar en la sola palabra del hombre –su palabra de honor – para establecer si un niño(a) era suyo. De ahí que sólo les quedara el camino de amenazar ese honor (atributo masculino, ensalzado por los liberales) para recibir unas monedas que mitigaran transitoriamente el peso de su carga. Finalmente debe decirse que no por venir de un país que pregonaba la igualdad, la gran mayoría de franceses que protagonizaron esos casos dejaron de responder del mismo modo que los demás (ofreciendo resistencia).


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