Sin nunca visitar los sitios arqueológicos mayas, y en la soledad de un pequeño cubículo en la lejana ciudad soviética de Leningrado, el historiador Yuri Knórozov, a principios de la década de los cincuenta del siglo XX, logró descifrar la escritura jeroglífica maya, cuando antes muchos otros académicos accidentales, en mejores condiciones, lo habían intentado sin éxito. ¿Cómo logró tal hazaña científica?
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