Joaquín Pérez, Jaume Farreny Morancho, Gemma Ferré Pueyo, Josep Maria Toldrà Domingo
Si pensamos en el cuerpo humano como origen y final de la arquitectura (origen como punto de partida de necesidades que hemos de cubrir en nuestra relación con el entorno, y final como receptor de las condiciones ambientales y funcionales que creamos en respuesta a dichas necesidades), no podemos dejar de lado la exigencia de proyectar desde nuestros cuerpos (proyectar desde el hecho de habitar). Es por ello que propusimos a los estudiantes de introducción a proyectos arquitectónicos un ejercicio inicialmente planteado en dos fases: un primer trabajo de reconocimiento, aprendizaje y dibujo del cuerpo, para luego pedirles que construyesen un artefacto intermediario entre su cuerpo –cualquier parte del mismo– y el entorno en que habitan a partir de una función, inventada o no, y a ser posible no exenta de aspectos lúdicos, donde el propio proyectista sería el usuario. La pregunta a responder era: ¿cómo completamos nuestro cuerpo ante una nueva necesidad?
If we think of the human body as the origin and end of architecture (origin as the starting point of the needs that we have to cover in our relationship with the environment, and end as the receiver of the environmental and functional conditions that we create in response to these needs) , we cannot ignore the need to project from our bodies (project from the fact of living). That is why we proposed to the students of introduction to architectural projects an exercise initially planned in two phases: a first work of recognition, learning and drawing of the body, to then ask them to build an intermediary artifact between their body -any part of it- and the environment in which they live, based on a function, invented or not, and if possible not exempt from playful aspects, where the designer himself would be the user. The question to answer was: how do we complete our body in response to a new need?
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