En el presente artículo se analiza la relación sentimental planteada por Andrea Jeftanovic en su novela Geografía de la lengua (2007). Esta relación surge en un no lugar, se construye a través del medio tecnológico y genera en sus protagonistas una confusión entre la realidad y la ficción. Estos rasgos, que la crítica ha adscrito a la narrativa del simulacro, constituyen los vectores principales de este análisis. El objetivo de este artículo es subrayar el tratamiento literario de los distintos condicionantes que atraviesa una relación sentimental sometida a la distancia física y a la tecnología
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados