San Cristóbal de La Laguna, España
El presente artículo pretende, a partir de los planteamientos del filósofo coreano ByungChul Han, por un lado, mostrar los retos que formulan y definen nuestro tiempo y, por otro, centrar esa mirada en lo educativo. En este sentido definiré la sociedad del siglo xxi pospandémica marcada por la psicopolítica. La educación está sujeta a un marco de complejidad sin precedentes, por la digitalización y la aceleración de un mundo que se percibe en progreso, y, sin embargo, cada vez está más enfermo debido al exceso de positividad. La pedagogía que opera a través del placer y el nuevo plano relacional de redes sociales formulan encuentros afines e incorpóreos, eliminan la negatividad. La educación se presta a un exigente examen como punto de arranque de esta sociedad y es vista como el lugar donde surge la posibilidad de transformación. En este último sentido se sostiene que la filosofía en nuestras aulas tiene un papel crucial.
The aim of this paper is to use the approaches of the Korean philosopher Byung-Chul Han, on the one hand, to show the challenges that formulate and define our times and, on the other, to focus this view on education. In this sense, it is necessary to define the post-pandemic 21st century society marked by psychopolitics. Education is subject to a framework of unprecedented complexity, due to digitalisation and the acceleration of a world that is perceived as progressing, and yet is becoming increasingly ill due to an excess of positivity. The pedagogy that operates through pleasure and the new relational plane of social networks, which formulate affine and disembodied encounters, eliminates negativity.
Education lends itself to a demanding examination as the starting point of this society and is seen as the place where the possibility of transformation arises. In the latter sense it is argued that philosophy in our classrooms has a crucial role to play
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