Resumen de La interfaz líquida como metaherramienta

Doreen Alessandra Ríos Quijano

• español

  A poco más de 2 años de la última gran ola de digitalización, consecuencia del distanciamiento físico necesario para controlar la pandemia de la COVID-19, nos resulta más claro que nunca que vivimos en una cultura mediada por interfaces. A donde sea que vayamos nos encontramos rodeados, analizados y procesados por pantallas, teléfonos inteligentes, termómetros, micrófonos, sensores y cámaras, el número de interfaces aumenta constantemente para satisfacer los deseos de las tecnologías, los usuarios y los mercados.

  En su definición más sencilla una interfaz se entiende como un artefacto tecnológico optimizado para una interacción y funcionalidad capaces de vincular a un usuario con un dispositivo / un dispositivo con otro / una red de datos con quienes les analizan. Sin embargo, la interfaz también se alimenta de tradiciones culturales y artísticas y desempeña un papel importante en nuestra cultura como arte, entretenimiento, comunicación, trabajo, educación y negocios. Es una forma cultural con la que interactuamos, actuamos, sentimos y creamos nuestro mundo. En otras palabras, no solo media entre usuarios y, sino también entre la cultura y la materialidad tecnológica (datos, algoritmos y redes).

  Este ensayo temático propone repensar a la interfaz desde su condición líquida a través de la metáfora y de situarnos en un escenario contemporáneo que requiere entender a los dispositivos tecnológicos de uso amplificado como metaherramientas, partiendo de la pregunta: ¿Cómo pensar a la interfaz como mediadora cultural cuando las capas simbólicas, ideológicas y políticas la atraviesan más allá de su objetualidad?

• English

  A little more than 2 years after the last great wave of digitization, a consequence of the physical distancing necessary to control the COVID-19 pandemic, it is clearer than ever that we live in a culture mediated by interfaces. Everywhere we go we find ourselves surrounded, analyzed and processed by screens, smartphones, thermometers, microphones, sensors and cameras, the number of interfaces is constantly increasing to satisfy the desires of technologies, users and markets.

  In its simplest definition an interface is understood as a technological artifact optimized for interaction and functionality capable of linking a user to a device / a device to another / a data network to those who analyze them. However, the interface also feeds into cultural and artistic traditions and plays an important role in our culture as art, entertainment, communication, work, education and business. It is a cultural way with which we interact, act, feel and create our world. In other words, it not only mediates between users and, but also between culture and echnological materiality (data, algorithms and networks).

  This thematic essay proposes to rethink the interface from its liquid condition through metaphor and to situate ourselves in a contemporary scenario that requires understanding technological devices of amplified use as meta-tools, starting from the question: How to think of the interface as a cultural mediator when symbolic, ideological and political layers cross it beyond its objectuality?