En este trabajo realizaremos un análisis de una serie de casos en los que Aristófanes utiliza el metro anapéstico lírico para dotar de ciertas connotaciones paródicas a algunas de sus escenas. Para ello, nos centraremos en primer lugar en unas escenas de tragedia en las que el uso del anapesto es indicativo de una situación terrible o de una acentuación de las emociones del personaje; después, analizaremos determinadas escenas ubicadas en tres comedias, Lisístrata, Las Tesmoforiantes y Las Ranas, en las que el uso de este metro de connotaciones elevadas y propio de la alta poesía se inserta en una situación totalmente absurda. De este modo, intentaremos mostrar que Aristófanes conoce bien este uso del anapesto que hacen los trágicos y que, como maestro del lenguaje en todas sus vertientes, sabe ponerlo al servicio de la comedia.
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