Julia Rosl Weiss, Juan Pablo Fernández Trujillo, Perla Gómez, María Ángeles Ferrer Ayala, Antonio Asensio Calderón García
La respuesta al frío en las plantas se ha identificado como un proceso de aclimatación que requiere la activación y represión de genes que permiten una mejor supervivencia. Dicha respuesta se produce en tiempos cortos o muy cortos de veinte a treinta minutos, lo que implica que los sensores de frío se encuentran presentes en las células vegetales responsables de la respuesta. Durante el proceso de comercialización, muchas frutas y hortalizas se almacenan en cámaras frigoríficas que reducen la velocidad de maduración o senescencia, pero que provocan en algunos casos daños por frío. Hemos utilizado el fruto de tomate de la variedad Micro Tom para llevar a cabo un cribado exhaustivo de genes activados y reprimidos por el frío. Sorprendentemente, ninguno de los genes que aparecieron en el cribado han sido identificados como genes de respuesta al frío o de maduración lo que sugiere que los daños por frío se deben a una disrupción de la maquinaria de mantenimiento celular. El gen LeCBF1 ...
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