Mariona Nadal Llover, Montserrat Cols Jiménez
• Las deficiencias de vitamina B se han considerado factores etiológicos de diversos trastornos neurológicos y un amplio espectro de estados patológicos, aunque muchas de estas enfermedades se han eliminado casi por completo en los países ricos.
• La deficiencia vitamínica grave puede reconocerse por síndromes clínicos evidentes; en sociedades occidentales, pueden ocurrir en varias poblaciones especiales (veganos, pobreza extrema, consumo de alcohol, cirugía bariátrica, malabsorción, diálisis etc.).
• No se ha establecido el papel de los suplementos vitamínicos en la prevención o reversión de enfermedades crónicas en adultos sanos con niveles bajos de vitaminas aunque se haya promocionado su efectividad.
• Se está promoviendo la detección de deficiencias de vitaminas para adaptar los suplementos a las necesidades individuales, impulsado por la creencia popular de la importancia de las vitaminas y por los intereses comerciales, aunque no se dispone de información suficiente sobre los niveles séricos óptimos ni de evidencia en la prevención o reversión de enfermedades crónicas.
• Las vitaminas B, un grupo de 8 vitaminas hidrosolubles, que juegan un papel en muchas reacciones críticas del metabolismo humano; intervienen en los procesos metabólicos de obtención de energía y son necesarias para la correcta función del sistema nervioso e inmunitario.
• Las vitaminas B se encuentran, principalmente, en las proteínas animales (pescado, carnes, huevos), los productos lácteos, legumbres y las verduras de hoja verde.
• La mayoría de las vitaminas B son generalmente seguras aunque se ha informado toxicidad con el uso a largo plazo de dosis elevadas de piridoxina (más de 250 mg/día) y de niacina (1000 a 3000 mg/día).
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