En el primer artículo de esta serie hemos expuesto los encuentros y divergencias entre la democracia y la tradición comunista. En aquél artículo se resaltó la pluralidad de apuestas que se hicieron desde el campo comunista en relación a la democracia, pudiendo afirmar que no hubo una única apuesta.
En este segundo artículo expondremos el proceso mediante el cual el estalinismo y su negación de la democracia se hizo hegemónica como principal apuesta dentro de la cultura política comunista. Esta normalización generó conceptos propios que contribuyeron a la normalización del estalinismo. El artículo evalúa el significado de este rechazo de la democracia por parte de la cultura comunista y revaloriza la importancia de los proyectos comunistas democráticos actuales.
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