Democracia y empatía. El espacio que la habita, su progresión colectiva

• Autores: Natasha Amelia Abad Betances
• Localización: AULA Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, ISSN-e 2636-2236, ISSN 0254-7597, Vol. 67, Nº. 1, 2021 (Ejemplar dedicado a: Enero - Junio | La Democracia en el s. XXI), págs. 17-22
• Idioma: español
• Títulos paralelos:
  • Democracy and empathy. The space that inhabits it, its collective progression
• Enlaces
  • Texto completo (pdf)
• Resumen
  • español

    La discusión filosófica que engloba la democracia del siglo XXI abarca un significado colectivo más profundo de lo que la palabra refiere en su definición singular. La democracia es una doctrina / sistema político / forma de gobierno popular donde el pueblo elige. Y es en la elección donde se generan vertientes de aproximación a una idea que intenta ser colectiva.Este artículo usa el sentimiento de la empatía como rasgo unificador entre la democracia y su búsqueda ante la sensibilización colectiva. En su definición, la empatía es un sentimiento de solidaridad hacia una persona o grupo (RAE, 2019). La empatía observa las relaciones del ser humano, se vincula en comunidades, invierte en generar ciudad para el bien común y es parte inconsciente del desarrollo de la civilización (Rifkin J. 2010). Otro concepto importante a destacar es el espacio en el que se genera el desarrollo situacional o in-situ. El espacio delimita el territorio y en él convergen la historia, su cultura y el tiempo unido a las sensaciones. El espacio adquiere condiciones en función a necesidades, se manifiesta como resultado de éstas (Rifkin J. 2010) y permite, como producto de la experiencia, reconocer el lugar donde el desarrollo colectivo toma acciones. En este artículo el espacio y el lugar van de la mano, siendo el compromiso que delimita la experiencia en términos geográficos.Los siguientes párrafos tienen como objetivo recorrer el camino de ida (Piglia G. 2015) hacia la comprensión de la democracia en un siglo donde los valores humanos buscan igualarse con una trascendencia espiritual, y donde los sentimientos son emociones activas que juegan en la colectividad. Espacios donde se pueden reconocer cuestionamientos propios y ajenos dentro de un espectro posible; donde son escuchadas ambas partes, diseminadas sin apropiación y vinculadas como opciones. ¿Será posible reconocer la verdad del otro como propia? ¿Puede el ciudadano del siglo XXI observar valores fundamentales como la solidaridad, honestidad y la escucha, y definirlas como acciones progresivas para el desarrollo de la sociedad?

  • English

    The philosophical discussion that encompasses the democracy of the 21st century encompasses a deeper collective meaning than what the word refers to in its singular definition. Democracy is a popular doctrine / political system / form of government where the people choose. And it is in the election where approaches to an idea that tries to be collective are generated.This article uses the feeling of empathy as a unifying feature between democracy and its search for collective awareness. In its definition, empathy is a feeling of solidarity towards a person or group (Rae, 2019). Empathy observes the relationships of the human being, is linked in communities, invests in generating the city for the common good and is an unconscious part of the development of civilization (Rifkin J. 2010). Another important concept to highlight is the space, in which the situational or in-situ development is generated. The space delimits the territory and in it the history, its culture and the time together with the sensations converge. The space acquires conditions based on needs, manifests itself as a result of these (Rifkin J. 2010) and allows, as producers resulting from experience, to recognize the place where collective development takes actions. In this article, space and place go hand in hand, being the commitment that defines the experience in geographical terms.The following paragraphs are intended to go the one way (Piglia G. 2015) towards the understanding of democracy in a century where human values seek to be equated with spiritual transcendence and where feelings are active emotions that play in the community. Spaces where you can recognize your own and others questioners within a possible spectrum; where both parties are heard, disseminated without appropriation and linked as options. Is it possible to recognize the truth of the other as your own? Can the citizen of the XXI century observe relating fundamental values such as solidarity, honesty and listening, and define them as progressive actions for the development of society?