Este planteo se articula alrededor de la idea de que una danza que teoriza, es una danza que se transforma en objeto para el pensamiento. Al asumir la teoría de la danza como necesario vector en la confrontación del pensamiento y la práctica de la danza, se propone un camino circular entre “teoría” y “práctica”; favoreciendo la emergencia de operatorias más dinámicas en el campo interventor de los estudios danzológicos. El pensamiento de Arthur Danto, André Lepecki, Carlos Pérez Soto o Susana Tambutti, como amplificación actualizada de la renovación dieciochesca de Jean Georges Noverre, confirma que sí, en nuestro Caribe de danzas y corporalidades fragmentadas, la danza se piensa .
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados