Resumen de La sinodalidad en un mundo pluricultural
- español
La sinodalidad, actitud eclesial tan necesaria en el contexto de una realidad pluricultural, es una expresión concreta y elocuente de la espiritualidad de comunión. No hay ninguna duda que la comunión sinodal hunde sus raíces más profundas en el designio creador de Dios, que nos ha creado a todos los seres humanos como seres sociales, llamados a colaborar entre nosotros y a edificar una sola humanidad en la comunión del amor. La forma pastoral concreta de vivir la actitud de la sinodalidad es la capacidad de escucha recíproca, conscientes de que vox populi, vox Dei, escuchamos a Dios escuchando a los demás y 119 escuchamos a los demás escuchando a Dios. La sinodalidad, siendo una actitud eclesial que se enraíza en la universalidad de la creación y de la llamada a la salvación, se vive más allá de las fronteras jurídicas de la Iglesia. Como Iglesia sinodal y samaritana convendrá, por tanto, detenernos en el camino de la vida para curar con el vino del consuelo y el aceite de la esperanza a quienes son heridos por los salteadores y revestirlos de la gracia de la vida, de la vida de Dios que dignifica y eleva toda vida humana.
- English
Synodality -such a necessary ecclesial stance in a pluricultural reality- is a concrete and eloquent expression of spirituality present in communion. There is no doubt that synodal communion is deeply rooted in God’s creating design that created us all human being as social beings, who are called to cooperate with ourselves and to build a whole humanity within the communion of love.The concrete pastoral way of living in a synodal stance is the ability to listening to each other, always being aware that vox populi, vox Dei. Therefore, we listen to God by listening to others and we listen to others by listening to God. Synodality, being an ecclesial attitude rooted in the universality of creation and the call to salvation, is lived beyond the juridical boundaries of the Church.As a synodal and Samaritan Church, therefore, we must make a halt on the path of life to heal -through the wine of consolation and the oil of hope- those who are wounded by thieves and clothe them in the grace of life, the life of God that dignifies and elevates every human life.
