La muerte del faraón Pepi II, de la VI dinastía, ha sumergido al imperio en un estado de anarquía y confusión. El caos más absoluto reina en un Egipto donde las estatuas de los anteriores faraones son derribadas y los antiguos templos, profanados. Ha estallado una guerra civil, en cuya contienda se enfrentan dos dinastías en una lucha encarnizada por el poder: la dinastía heracleopolitana y la dinastía tebana. Son los tiempos más oscuros en la historia del Antiguo Egipto.
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