La atracción del talento se ha convertido en un elemento central de la actuación de los poderes públicos, y una de las herramientas para conseguirlo es el tratamiento fiscal.
Iñaki Alonso analiza en este artículo la evolución del régimen fiscal de los trabajadores desplazados, que ya en 2018 se modificó completamente, pasando de ser tratados como no residentes a integrarse plenamente en la regulación del IRPF, y que en 2022 amplía nuevamente el alcance de sus incentivos fiscales, tanto en cuanto a su cuantía como en cuanto a su ámbito temporal, así como también las actividades cubiertas por el régimen especial.
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