Dentro de los atributos del producto alimentario, no cabe la menor duda, el aspecto higiénico y sanitario no se negocia. Constituye, como no podía ser de otra manera, un aspecto que no diferencia mercados, es un derecho del consumidor que confía en el deber de los productores y de las Administraciones Públicas de garantizarlo, a pesar de que periódicamente los medios de comunicación llamen la atención sobre determinados escándalos al respecto cargando en ocasiones las tintas en algún segmento de la cadena
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