"Yo no entro en Ogilvy para estar una media de tres-cinco años, que es el ciclo de vida de la gente en las agencias, sino que entro para estar como mínimo otros 17". Este es el tiempo que estuvo en Shackleton (hoy parte de Accenture Song), donde en la última etapa fue director general, y a la que reconoce deberle todo. Pero también asegura que la vida en la agencia no es fácil y había llegado el momento de hacer un cambio. Este sector no es tan grande y empezó a contactar con gente. Estas pasadas navidades se reunió con Marta Gutiérrrez y Jordi Urbea, Ceos y vicepresidentes, respectivamente, de Madrid y Barcelona, con los que trabajará directamente. Entrar a formar parte de la agencia que parece estar tocada por la varita mágica en este momento fue irresistible
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