Actualidad y futuro de las Unidades Acorazadas en España
- Autores: Jesús Angel Garrido Robres (coord.)
- Localización: Revista de historia militar, ISSN 0482-5748, ISSN-e 2530-1950, Año 66, Nº Extra 1 (100 años de fuerzas y medios acorazados en España), 2022, págs. 331-392
- Idioma: español
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Resumen
En la actualidad las unidades acorazadas españolas son unidades moder- nas y con elevada preparación que está contrastada en misiones en el exterior. Sus medios principales son el carro de combate Leopard 2A4 y Leopardo 2E. En este artículo nos centraremos en estos carros, en servicio en los Regimientos de Caballería «Montesa» de la Comandancia General de Ceu- ta, «Alcántara» de la Comandancia General de Melilla, y en los Regimientos Acorazados «Pavía» de la Brigada I, «Córdoba» de la Brigada X, «Castilla» de la Brigada XI y «Alcázar de Toledo» de la Brigada XII.
La llegada de la familia de carros de combate Leopard a España (pri- mero los Leopard 2A4 y a continuación, la versión española Leopardo 2E), ha supuesto un antes y un después en las Fuerzas Acorazadas Españolas por varias razones.
Entre ellas, supuso la unificación del parque acorazado, disperso fundamentalmente entre los modelos M-60 y AMX-30. El estadounidense M-60, con mayor peso, protección y una menor velocidad, estaba encuadrado normalmente en unidades de Infantería, mientras que el francés AMX-30, más ligero y veloz y con menor blindaje, era más apto que el M-60 para las misiones características del arma de Caballería.
También supuso una mayor tecnificación del personal, tanto de la tri- pulación como del personal especialista, así como la obligación de que con carácter periódico el Leopard tuviera que superar revisiones que, de lo con- trario, supondría su inoperatividad. Pero no sólo supuso una mayor especiali- zación técnica desde el punto de vista de mantenimiento. Las tripulaciones de carros tuvieron que adquirir una instrucción de carácter técnico y táctico para seguir constituyendo el núcleo fundamental de las unidades de carros, cuyos componentes deben coordinar sus acciones individuales dentro del en- granaje que supone una tripulación correctamente instruida. A la instrucción de las unidades carristas está dedicada una de las partes de este artículo.
Por último, se consiguió un carro de combate con unas prestaciones de fuego, movilidad y protección que hasta ahora no se conocían. Una tec- nología de torre y una mecánica de barcaza cuyas calidades y posibilidades estaban en consonancia con los mejores carros de combate del mundo.
La entrada en servicio del carro Leopard ha supuesto un modelo en el Ejército porque a la adquisición de la plataforma se sumó la adecuación de instalaciones, la adaptación de toda la cadena de mantenimiento, la incorpo- ración de simuladores y el establecimiento de un programa de formación de especialistas y de tripulaciones único coordinado por el Mando de Adiestra- miento y Doctrina del Ejército, similar al de otros países de nuestro entorno. En este artículo se pretende mostrar la importancia de todos estos factores para conseguir la eficacia de las unidades acorazadas.
Desde 2017, la valía del Leopardo 2E y la de sus tripulaciones se pone a prueba en la operación «Presencia Avanzada Reforzada» en la república báltica de Letonia desde 2017, misión en el exterior que supone el com- promiso de España en el marco de la Alianza para la disuasión de posibles agresiones que atenten contra la integridad territorial de nuestros aliados.
Pero no podemos conformarnos con disponer de un gran carro de com- bate. El ambiente en el que los conflictos actuales se desarrollan y las nuevas amenazas a las que el carro de combate debe hacer frente obligan a pensar en su mejora. El Leopardo 2E se halla en la mitad de su ciclo de vida, y es opor- tuno en estos momentos plantearse las mejoras que podrían ser introducidas para incorporarle las posibilidades que la tecnología actual puede aportar.
La evolución de las unidades acorazadas debe ir compaginada con la del resto de unidades del Ejército. En este sentido, el Ejército 2035 es el marco en el que la transformación se desarrollará fundamentalmente en los ámbitos de los materiales, organización y del personal.
